Fuego

-Ni siquiera te atrevas a mirar para atrás -fueron las palabras que lanzó Tommy. Estaba con una pistola en la nuca de Lucy. En cualquier momento el gatillo desencadenaría la muerte de Lucy, la bala iba a penetrar en su cabeza.
Tommy nunca odió a Lucy fue de un momento a otro que le empezó a molestar actitudes de ella. No solo actitudes, todo los movimientos que ejercía.El caminar de Lucy, el abrir y cerrar de ojos, la sonrisa, la cara, su tono de voz, ese peculiar ticks ( ¡que para él era el maldito ticks!).
El corazón de Tommy palpitaba de una manera continua e incontrolable, sus latidos eran inefable para él, sólo comprendía y añoraba que la bala, tan esperada por él, entrara luego. Aunque algo impedía hacerlo y él no sabia qué.
Sólo se atrevió a decir:
 - Una maldita razón de por qué no te debo matar-.
Lucy lloraba, su corazón no dejaba de palpitar pensando en la pistola, su mirada se agachó, su sonrisa se hizo humo, los ojos se pasmaron. No lo creía, pero lo único que atinó a decir fue - porque te amo- el silencio dejo todo congelado, Tommy le tiritaron las manos. La palabra te amo le quedó redundando en su mente.
-Mentira!, puta mentirosa!- gritó al decirlo, no pensó que tamaña respuesta lo dejara atónito frente al hecho. Lucy llorando movía la cabeza defendiendo su propia verdad.
El aire que corría era frió y ya se veían las primeras gotas caer.
- Tú... ¿qué, qué, qué te crees que soy yo?; no soy imbécil. Una puta como tú merece la muerte -dijo mientras la forma de sus labios se estiraba a modo de una sonrisa burlesca que, sin embargo, no dejaba de ocultar miedo.
La mano sudorosa. Ya todo estaba dicho. El dedo pulgar tiró la palanca para atrás cargando la pistola, luego el índice con el suspenso necesario lentamente llegaba al gatillo.
La bala tan esperada penetró en su cabeza, la sangre salpicó al rededor de toda el área; cayó de rodilla, mientras le salía sangre de la boca, para luego morir de espalda al cielo y de frente a la tierra con la cabeza inclinada para la derecha. Sus ojos quedaron abiertos, inmóviles.
Con una sonrisa y una mirada inexplicable Lucy observaba el cuerpo e impartía ordenes a su amante.
- Pensé que tendría que sufrir más, pero éste pobre inútil ni suspenso me propinó. ¡muevete y quema el cuerpo!-.
El amante de Lucy acabó con la vida de Tommy, todo por ordenes de ésta. Tommy ya se había enterado del engaño de su novia con quien era su propio hermano, la locura lo llevó a odiar cada parte de Lucy, claro en los planes no estaba la maldad de Lucy, en lo planes de él porque Lucy desde que sintió la pistola en su cabeza sabia cómo sería el término de todo; tenía cada pieza en su puesto, cada palabra que decir.
Con una patada de Lucy al cuerpo de Tommy dio el vamos para que su amante, hermano de Tommy, rociara todo el cuerpo de bencina. Lucy hizo el movimiento con la mano de prender un fósforo y la pequeña llama la impulsó al torso de Tommy. En menos de un segundo la llama se propagó por completo, Lucy atinó a retirarse con su amante.
Lucy se perdió entre el fuego, mientras el cuerpo de Tommy se ahoga en su propia sangre y desaparecía con las llamas.

Comentarios

Entradas populares