De amor, enfermedad & muerte

La llegada de la muerte va por el mismo punto colineal que la enfermedad, eso sí, con cierto grado de esperanza inútil.
La enfermedad crítica pasa por una recuperación leve, que de un día para otro es una recuperación plena. Ves todo con otros ojos, un segundo aire, un nuevo arcoíris, que su gama de colores es un fiel reflejo de la refulgente luz que enciende la vida y sólo queda en eso: en sublevar, para luego descenderla. Son minutos, horas y, si el golpe quiere tardar, días.
Posterior a tal lucidez viene la súbita muerte, el mito dice que es la lucidez pre-muerte y tengo razones para creerlo.
Así tal cual fue nuestro amor: Fue enfermo. Nació, vivió, se enfermó; luego, vio un nuevo arcoíris con un reflejo refulgente que encendió nuestra vida y quedó en eso. Sólo la sublevó porque, luego, tan rápido como la crueldad del destino, murió.