Cómo evitar una boda
<<¿El contexto hace que el hecho sea mejor o no?. El plato era más delicioso por la situación vivida más que por el plato en sí. Todo es más delicioso cuando todo ha sido delicioso>>
<< Mientes tan bien. Mientes lo sé. >>
No recordé ni mi impulso ni menos mi valentía; vana valentía.
¿Dicen que la locura trae al amor?; o ¿el amor a la locura?; o ¿la locura combina al amor? o ¿actúan paralelamente?... bueno en fin, da igual. Sinceramente me da igual. Da igual porque no aporta nada en la historia, al fin y al cabo no hay justificación.
¿Lo cuento para dar lata?. No, quizá para dar pena. ¿Qué ganan ustedes y qué gano yo con que sepan mi historia?. No estoy para cuentos, voy a ir al hecho y sólo para desahogarme porque sino ya me veo volando desde el piso dieciocho hacia abajo.
El día del matrimonio del amor de mi vida (¡Hay qué cursi, ¿verdad?!) me afronté a mis extremos y saqué algo en limpio: Nunca más lo hago. (Me pasa por ser un mero conchetumadre y un saco huea).
El amor de mi vida se casaba con alguien, que creo yo (¡Por la mierda, estoy seguro!), no estaba enamorado. Aún no comprendo por qué lo hizo y por qué no está conmigo. Yo debería estar en el altar tomando el brazo de ella.
No restaba más de media hora para que diera el fingido y mentiroso sí. Yo obviamente no puedo quedarme de brazos cruzados, sentado en mi escritorio, chasconiandome el cabello, con la mano en la frente y la gota salada que cae al plástico del álbum de fotos de ella y yo juntos, como lo haría el estúpido de la película Gringa, claro que no.
Me puse una vestimenta semiformal y rápido salí hacia la iglesia.(Claramente no iba de invitado, sino...).
No apareció el taxi en el momento que lo requería como en las novelas o películas. (Ahora confirmo que sólo son películas). Yo vivía mi propia película.
Me apresuré en buscar uno y lo encontré. A diez minutos de la iglesia me bajé del taxi, por un tremendo taco (Hay dios! ; parece que no quieres que haga lo que voy a hacer). Mientras corría mi mente estaba en otra parte. Sólo corrí, sino no llegaría.
Llegue a la iglesia, El corazón latía a mil por hora. Toda la gente se encontraba dentro del recinto; subí rápidamente los cuatro escalones que llevaban a la puerta principal de la iglesia y esperé la justa palabra del cura para interrumpir esa boda.
Nadie dijo nada (No quería que dijeran). Tomé al amor de mi vida y como si lo hubiese estado esperando sólo se dejó llevar de mi brazo y nos marchamos...
Mi mente llegaba lejos, cuando lo quería. El lapsus, pasó. Seguí corriendo.
Llegue a la calle esquina de la iglesia y noté que el rival veía la hora, nervioso...
no era más que un atraso normal. Saludaba a las últimas personas, cuando se escuchó el típico tarro ordinario Chileno amarrado al auto y golpeando el asfalto. (Más que costumbres chilenas, son malas costumbres; de mierda).
El enemigo, no queriendo mirar para atrás se fue hacia adentro.
Mi suegro (Ex, huevón...EX!) llevaba a ella...quedé impactado. Siempre pensé que estaría lista para mí vestida así. La más hermosa mujer de la tierra (Pero la más...). El signo de la paz, la paloma blanca era una minoría frente a tal ángel. Ángel caído del cielo. (¿Ahora soy Neftalí Reyes?; Já ni la sombra puerco)
Avancé, en mi misión secreta, a paso lento y llegué a la puerta de la iglesia. Escuché las bendiciones del cura. (Una soberana lata). Esperé el momento indicado y PUF...Abrí la puerta y lancé el "YO ME OPONGO".
La cara bonita quedó entre sorprendida, decepcionada...Da igual...
El pelmazo quedó...¡eso si que da igual!.
Tú me amas, Nosotros nos amamos. No te mientas, mi amor- dije-. La fui a buscar y el pelmazo no hizo nada. Parecía tranquilo. (Siempre supe que era un idiota).
La tomé de su mano, qué tiempo sin tomarla, qué tiempo sin olerla, qué tiempo sin sentirla; y la saqué de la iglesia. No opuso resistencia.
Salimos y dijo: No, no miento. Digo la verdad. Yo no te amo. Mira a ese hombre que me espera, miralo. Ese es el amor de mi vida. Mirate, qué has hecho. Te quiero. Ve a casa y haz lo que hacías siempre para calmar tus tristezas.
Se dio media vuelta y entró a la iglesia. Me di media vuelta, ahora sí con la sal en mi mejilla, y me fui.
<< Mientes tan bien. Mientes lo sé. >>
No recordé ni mi impulso ni menos mi valentía; vana valentía.
¿Dicen que la locura trae al amor?; o ¿el amor a la locura?; o ¿la locura combina al amor? o ¿actúan paralelamente?... bueno en fin, da igual. Sinceramente me da igual. Da igual porque no aporta nada en la historia, al fin y al cabo no hay justificación.
¿Lo cuento para dar lata?. No, quizá para dar pena. ¿Qué ganan ustedes y qué gano yo con que sepan mi historia?. No estoy para cuentos, voy a ir al hecho y sólo para desahogarme porque sino ya me veo volando desde el piso dieciocho hacia abajo.
El día del matrimonio del amor de mi vida (¡Hay qué cursi, ¿verdad?!) me afronté a mis extremos y saqué algo en limpio: Nunca más lo hago. (Me pasa por ser un mero conchetumadre y un saco huea).
El amor de mi vida se casaba con alguien, que creo yo (¡Por la mierda, estoy seguro!), no estaba enamorado. Aún no comprendo por qué lo hizo y por qué no está conmigo. Yo debería estar en el altar tomando el brazo de ella.
No restaba más de media hora para que diera el fingido y mentiroso sí. Yo obviamente no puedo quedarme de brazos cruzados, sentado en mi escritorio, chasconiandome el cabello, con la mano en la frente y la gota salada que cae al plástico del álbum de fotos de ella y yo juntos, como lo haría el estúpido de la película Gringa, claro que no.
Me puse una vestimenta semiformal y rápido salí hacia la iglesia.(Claramente no iba de invitado, sino...).
No apareció el taxi en el momento que lo requería como en las novelas o películas. (Ahora confirmo que sólo son películas). Yo vivía mi propia película.
Me apresuré en buscar uno y lo encontré. A diez minutos de la iglesia me bajé del taxi, por un tremendo taco (Hay dios! ; parece que no quieres que haga lo que voy a hacer). Mientras corría mi mente estaba en otra parte. Sólo corrí, sino no llegaría.
Llegue a la iglesia, El corazón latía a mil por hora. Toda la gente se encontraba dentro del recinto; subí rápidamente los cuatro escalones que llevaban a la puerta principal de la iglesia y esperé la justa palabra del cura para interrumpir esa boda.
Nadie dijo nada (No quería que dijeran). Tomé al amor de mi vida y como si lo hubiese estado esperando sólo se dejó llevar de mi brazo y nos marchamos...
Mi mente llegaba lejos, cuando lo quería. El lapsus, pasó. Seguí corriendo.
Llegue a la calle esquina de la iglesia y noté que el rival veía la hora, nervioso...
no era más que un atraso normal. Saludaba a las últimas personas, cuando se escuchó el típico tarro ordinario Chileno amarrado al auto y golpeando el asfalto. (Más que costumbres chilenas, son malas costumbres; de mierda).
El enemigo, no queriendo mirar para atrás se fue hacia adentro.
Mi suegro (Ex, huevón...EX!) llevaba a ella...quedé impactado. Siempre pensé que estaría lista para mí vestida así. La más hermosa mujer de la tierra (Pero la más...). El signo de la paz, la paloma blanca era una minoría frente a tal ángel. Ángel caído del cielo. (¿Ahora soy Neftalí Reyes?; Já ni la sombra puerco)
Avancé, en mi misión secreta, a paso lento y llegué a la puerta de la iglesia. Escuché las bendiciones del cura. (Una soberana lata). Esperé el momento indicado y PUF...Abrí la puerta y lancé el "YO ME OPONGO".
La cara bonita quedó entre sorprendida, decepcionada...Da igual...
El pelmazo quedó...¡eso si que da igual!.
Tú me amas, Nosotros nos amamos. No te mientas, mi amor- dije-. La fui a buscar y el pelmazo no hizo nada. Parecía tranquilo. (Siempre supe que era un idiota).
La tomé de su mano, qué tiempo sin tomarla, qué tiempo sin olerla, qué tiempo sin sentirla; y la saqué de la iglesia. No opuso resistencia.
Salimos y dijo: No, no miento. Digo la verdad. Yo no te amo. Mira a ese hombre que me espera, miralo. Ese es el amor de mi vida. Mirate, qué has hecho. Te quiero. Ve a casa y haz lo que hacías siempre para calmar tus tristezas.
Se dio media vuelta y entró a la iglesia. Me di media vuelta, ahora sí con la sal en mi mejilla, y me fui.
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