Mirada al cielo

<< "no te lo tomes a mal, esto no es una despedida, esto es miedo simplemente miedo"  >>

Cuando me miró el mundo se volvió hacia nosotros, existía por nosotros. Nuestras miradas se hacían eternas en un minuto. Nunca olvidaré el día en que nos envolvimos en un amor ideal, perfecto y lleno de sentimientos que solo se traspasaban en una mirada que no tenía pasado, presente ni futuro, solo tenía nuestro tiempo definido por códigos de un lenguaje bello, sonoro y perfecto, lleno de complicidad y ambiente.


Se acercó como teniendo sus pasos calculados. Cuántas horas, días, meses y años habríamos de esperar por un momento que se estaba haciendo realidad, en nuestra realidad infinita que se volcaba en un tú y yo. Las flores, árboles y aromas del resplandor de la tarde que daba paso a una noche inolvidable, eran celosas de nuestro encuentro esperado y único. El marco espacial y temporal se conjugaban continuamente entre sí generando una mezcla que ambos entendíamos.

Cuando me besó, mi corazón se detuvo no por cinco minutos sino por una vida eterna. Su beso, lleno de pasión, lentitud y calidez, me llevó a otro lugar. Sentí que moría, sentí que mi cuerpo se desplomaba en el suelo y miraba el cielo preguntándome por qué ocurría todo esto y por qué esperé tanto por esto. Miré el cielo y no hubo respuesta, solo los pájaros que susurraban a mi oído que era momento de despedirme.

Mi sangre estaba toda repartida en el piso, mientras estaba en el suelo con una expresión sorpresiva y el cuchillo clavado en mi corazón. Mi amor solo huyó, tan lejos como nadie lo encontró. No hubo explicación ni motivos, simplemente me había clavado el cuchillo. Yo estaba muriendo. Yo había muerto, yo había muerto de amor.

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