El invitado

Siempre esperamos el momento de saber cuándo ocurrirá el cambio.
Entre la oscuridad de una fresca medianoche, donde el despertar le ganaba la batalla al sueño, no adviritió la llegada del invitado. Esperó y forzó tanto su llegada que se dio por vencido, anulando las fuerzas de su intento.
El invitado no avisó, sólo llegó. Miró de reojo, entre su incomodidad, el reloj del velador mientras se daba vueltas de un lado a otro en su cama. Cuando observó que el reloj dictaba las 2:02 de la madrugada, notó la sorpresiva llegada del invitado. No comprendió sentirse bien o vacío; una ausencia y plenitud de amor le invadía todo el cuerpo. El amor propio bastaba para comprender lo que había ocurrido en aquel instante que el reloj entregaba la hora.
Se sentía tranquilo. El invitado por fin había llegado, se sentaba junto a él en la habitación, se convertía en su amigo; era parte de él. El invitado que muchos desolados esperan lo había visitado.
Ahora sí la mañana siguiente sería otro día, uno más diferente a los otros, aunque no menos sonriente. Ahora sentía un peso pluma en el alma, se sentía libre. Lo que había sentido había volado a la eternidad y se convertía en un instante mientras se perdían en las nubes de la fresca medianoche.

Comentarios

  1. queridisimo, me gusto tu escrito es muy bello estare esperando al invitado ♥ (y dejame decirte y creo que estoy en lo correcto) te inspiraste en la obra de radrigan " redoble fúnebre para lobos y corderos " para escribir esto ojala este en lo correcto jajaj
    pd: como que soy tonta 88 soy ingenua que es diferente :c
    te quiero ♥

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