Viejas Rencillas


<<Únanse al baile de los que sobran...>> Los prisioneros, el baile de los que sobran.
MÍRAME COMO YO TE MIRO. QUIÉREME COMO YO TE QUIERO. VE COMO YO VEO.
Eso fue lo primero que divisó Francisca escrito en la pizarra con rojo intenso. Con una cara de pánico y miedo, por decir lo menos.Miró el cadáver de su compañero y pololo, estaba tirado en el suelo con una tijera clavada en el pecho. Aquella tarde se habían quedado haciendo un trabajo, ya eran las 7:30 PM y estaba oscuro. Tenía los pies encorvados, las manos estiradas completamente, el pelo plenamente desordenado. La sangre llegaba a todos los puntos de una parte de la sala, hasta la mesa del profesor salpicada de sangre. El asesino no tuvo cuidado ni reparo en tener precauciones necesarias del hecho, sólo atinó a perseguir por toda la sala, y eso se notaba con ver lo desordenado de las mesas y sillas, para luego acabar matando a su víctima.
Francisca al encontrar a su pololo muerto lanzó un bramido de aquellos, donde podrían escuchar las últimas persona que quedaban: un guardia (49 años) y el inspector (33 años). Llorando de manera descontrolada y luego de preocuparse de que en la sala no estuviera nadie que la pudiera lacerar, se acercó a su pololo e impresionada vio algo que a lo lejos no divisó: su pololo con una máscara que usaba el asesino en serie en la película scream, aquella película del año 1996 del director Wes Craven, le produjo un choque emocional indescriptible. Poco a poco se acercó a retirar la máscara y al sacarla su novio tenía los ojos abiertos, y en la mejilla un corazón tachado. Escrito, visualmente,con el mismo plumón que escribió en la pizarra.
El grito al parecer no consiguió ningún tipo de ayuda,aunque el fin de Francisca no era que la escucharan,nadie apareció. Posteriormente de pasar por un leve shock, pensó en pedir ayuda y así fue. Salió de la sala de clases,ella estaba en el tercer piso del gran colegio, y caminado rápido se dirigía a inspectoría con algunas lágrimas en la mejilla, mirando de un lado hacia otro, cuidando de que nadie estuviera.
La noche ya estaba álgida,tan álgida como el cuerpo de su pololo y tan algente como su propio cuerpo.
En ese mismo instante,cuando iba a medio camino del tercer piso, las luces de todo el colegio se apagaron de una manera sincrónica y muy terrorífica. Francisca, se enfrentaba a su peor miedo: la oscuridad. Lograba ver un poco con la única luz que quedó encendida, un faro al costado del patio, ya estaba con pánico total no podía controlarse, lloraba, su cuerpo castañaba de una forma continua y persistente. Qué podía hacer, no había lugar seguro de esconderse, a esas alturas nada era seguro, se acurrucó en un pequeño espacio que daba a la puerta del personal de aseo.
Siempre fanática de Stephen King y sus novelas terroríficas, nunca pensó y nunca había querido estar en una de esas novelas, pero parecía estar en una novela de King. Ni los relatos cortos de Allan Poe podía describir, en su libro "Narraciones Extraordinarias", el momento que ella vivía.
Un ruido tormentoso se escuchó, un ruido que la dejó tiritando aún más y con ese ruido soltó un pequeño gemido, se dio cuenta del grave error que cometió ese gemido le podía costar la vida, se tapó la boca tratando de no hacer ningún ruido más pero ya era tarde, demasiado tarde. Una risa en el fondo del pasillo se escuchó, risa que a Francisca aparte de darle miedo le parecía familiar, ella se asustó demasiado y no podía seguir en ese lugar si no la matarían. salió del lugar y miro hacia al fondo, ahora si ya no lo podía creer, esto no era algo lógico, estaba en una película de terror pensó. Al fondo del pasillo un hombre vestido plenamente de negro o más bien con una capa completamente de negro estaba parado y no sólo con una capa lo más impresionante aún era que tenía puesta una máscara, máscara de Jason. Aquel asesino de la película Friday The 13th, la máscara del asesino se hacia presente en esa noche fría y por sobre todo terrorífica.
Esto es de locos: miedo, noche, oscuridad, terror, máscaras; Francisca se enfrentaba a sus peores miedos, los miedos que nunca quería conocer recién comenzaban a hacerse presente. Ahora si llorando y castañeando de manera descontrolada, gritó y empezó a caminar hacia atrás sin despegar la vista del asesino, esto no era un asalto era algo enfermo en contra de ella, sus pasos se hacían más rápidos hacia atrás y en ese instante el asesino sacó un cuchillo de tamaño mediano, poniendo su cabeza de manera diagonal, tratando de demostrar que le tenía pena irónica a la víctima, es ahí cuando la muchacha se callo, al caminar hacia atrás tropezó con su mismo pie y fue ahí cuando el hombre entero de negro y máscara de Jason empezó a apurar su paso,nunca corriendo si caminando rápido, Francisca se paró rápidamente y empezó a correr, bajo la escaleras, rápidamente corrió por todo el segundo piso trató de buscar la salida del colegio pero las puertas que daban a la salida estaba cerrada y tras ella se veía al guardia y al inspector con ojos vendado,pie atados y cinta en su boca en el medio del hall. Las puertas, de vidrio, cerradas no podía darle el paso a la salida, trató de buscar algo sólido que le permitiera romper el vidrio y no lo encontró, perdió minutos valiosos porque al mismo ritmo que siempre se encontraba aparecía en el fondo, mediante la luz de la noche, el hombre de la máscara de Jason. Ella asustada corrió nuevamente, miró hacia atrás y el hombre desapareció, no estaba eso sólo lograba asustar más a Francisca. Tenía el asensor del colegio al frente de ella, pensó en tomarlo para bajar al primer piso pero el riesgo era demasiado.
Subió nuevamente al tercer piso pero ahora estaba paralelo a su sala, es decir, ese tercer piso, que era un mini patio, daba frente a frente a su sala. Ese mini patio recibía luz más que cualquier otro lugar de ese colegio, sin duda para ella desearía que el colegio estuviera copado de gente,pero no lo estaba. Cruzó la puerta que daba al mini patio. Ese fue el único paso en falso que dio, el único y el fatal. la puerta se cerro de manera brusca, se giró a verla y no la pudo abrir trataba y no podía, su corazón se aceleraba, cayó en la trampa del asesino, cayó como la más inocente de las víctimas. La otra salida que le quedaba era descender por las escaleras y eso hizo corrió hacia las escaleras de una forma tan rápida como pudo pero ya era tarde la silueta del hombre de la máscara de Jason aparecía subiendo las escaleras, cada paso que daba se escuchaba hacia eco. Ella perdida y dándose cuenta del error que cometió gritó: ¡ qué quieres!, ¡qué buscas!, no me mates por favor. Ya era tarde para todo eso, arrinconó a su víctima y mientras lo hacia ladeaba su cabeza diagonalmente y de manera burlesca, era el fin todo iba a acabar en ese momento.
Sin más palabras el hombre alzó el cuchillo que tenía en la mano y el cuchillo que se notaba a contra luz, lo clavó por fin en el estomago de la muchacha. No demoró en sangrar por su boca. El hombre empezó a hacer el movimiento de sacarse la máscara, lo hizo con lentitud y cuando por fin se empezó de a poco a ver su rostro...
Aún consiente Francisca lo miró y no lo creía, era algo increíble, incosebible. quedó pasmada, sus respiración se empezó a acelerar más, eso empeoró su estado. Estaba viendo al joven que provocó todo ese daño, era su propio compañero el mismo que todos rechazaban, el mismo que todo molestaban por sus gustos extraños, el mismo que todo el curso odiaba, ignoraban y lo olvidaban. Ese compañero que cuando reía daba una mezcla de pena y miedo, más pena,compañero que pasaba solo en los recreos y cuando quería estar con alguien poco más se arrastraba, ese compañero que hablaba estupideces que era odiado por lo mismo, pero que en el fondo tenía un corazón, un corazón que se sentía solo, discriminado, extraño en su propio planeta.
Ese mismo compañero que le había insinuado su amor mediante invitaciones a salir, entrega de flores, chocolates y cosas lindas. Cosas que ella le rechazaba rotundamente por el asco que le producía.
Todas esas imagenes se le vino en el momento que sangraba por la boca y empezaba desangrarse, esas imagenes que eran las últimas que se le venían a la mente; porque ya iba a morir en cuestión de minutos.
El joven había matado a su amada y al pololo de ella por los motivos dados.
Con una risa que podría definir de miedo y venganza el joven dijo:
-MÍRAME COMO YO TE MIRO. QUIÉREME COMO YO TE QUIERO. VE COMO YO VEO.
juzgas cuando no son igual que tú, apuntas con el dedo... él siendo un extraño en su propio planeta, agacha la mirada y sufre...
:| tenias razón juanjo que cuatico, como que ese "compañero" me recordó a alguien 8-), mira me encanto tu cuento sos genial juanjito enserio tus historias son tan intrigantes y tienen ese toque que las hace cada vez más interesantes que no puedes dejar de leerlas >.<, te quiero (L)
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