El deseo
Sintió unas incontrolables -no sabía si definirlas como apresuradas o más bien momentáneas -ganas de decirle te amo. Las palabras se le atravesaron con imprudencia en su lengua y trató de tragarlas e incluso ahogarlas en su intento brusco de salir.
Te amo -penso, pero no se lo dijo-.
Decirlo podría constituir muchos miedo y complicaciones. Desde temer a decir algo equívoco, guiado por un sentimiento sensacionalista, o, incluso peor, que ella le respondiera lo mismo.
Comentarios
Publicar un comentario