La Quintralita
" Te digo a ti: gracias por leer cada una de mis historias...te hace más importante. "
<< Se asoma el terror de la gente! >>
Se asomaba el terror de la gente; el miedo del pueblo.
La Quintralita con esa mirada profunda y penetrante, podía intimidar al hombre más fuerte de San Freire, el pueblo.
Llegó con su látigo al bar de mala muerte "el pueblucho". Ahí se encontraba su próxima víctima, su último "amor", ese hombre que ahora pagaría, sólo por gusto de la doña. Así era sin corazón alguno y diría sin capaz de sentir amor,cariño. Sin reparo se metió al bar y todos se quedaron en silencio; un silencio elocuente.
Fuera!. fuera!- gritó a los amigos de la víctima. Con apuro salieron y los látigos resonaron en todo el local. Nadie se atrevía a decir nada, los gritos del hombre era el único ruido del bar.
Quizá no era tan difícil llegar al corazón de la Quintralita, de hecho podría ser más fácil que muchas mujeres, lo que sí era... era una Hija...
La dama terminó de hacer su trabajo, la espalda de aquel hombre se tornaba de un color rojo ardiente combinado con la sangre hacía un momento fatal.
Nadie se atrevía advertir al siguiente hombre o conquista de la Quintralita. Tirado en el suelo, con sangre en la espalda; se resigno a decir: Que pase el siguiente, le dejo mi lugar. Pobre...¡Qué pena me da!.
Ella miró hacia al tipo como si hubiese escuchado lo que dijo, bastó una mirada que intimidó y se dirigió hacia la salida del bar de mala muerte. Salió en busca de su próxima víctima, La Quintralita sin duda no iba a dejar títere con cabeza y pobre el que venga, porque la maldición cae sobre él. La doña salió con aires de grandeza y con la sonrisa durante todo el camino de piedra, cuando se encontró con su siguiente víctima y empezaba a rodar la misma historia que antes, sólo que con un actor diferente.
<< Se asoma el terror de la gente! >>
Se asomaba el terror de la gente; el miedo del pueblo.
La Quintralita con esa mirada profunda y penetrante, podía intimidar al hombre más fuerte de San Freire, el pueblo.
Llegó con su látigo al bar de mala muerte "el pueblucho". Ahí se encontraba su próxima víctima, su último "amor", ese hombre que ahora pagaría, sólo por gusto de la doña. Así era sin corazón alguno y diría sin capaz de sentir amor,cariño. Sin reparo se metió al bar y todos se quedaron en silencio; un silencio elocuente.
Fuera!. fuera!- gritó a los amigos de la víctima. Con apuro salieron y los látigos resonaron en todo el local. Nadie se atrevía a decir nada, los gritos del hombre era el único ruido del bar.
Quizá no era tan difícil llegar al corazón de la Quintralita, de hecho podría ser más fácil que muchas mujeres, lo que sí era... era una Hija...
La dama terminó de hacer su trabajo, la espalda de aquel hombre se tornaba de un color rojo ardiente combinado con la sangre hacía un momento fatal.
Nadie se atrevía advertir al siguiente hombre o conquista de la Quintralita. Tirado en el suelo, con sangre en la espalda; se resigno a decir: Que pase el siguiente, le dejo mi lugar. Pobre...¡Qué pena me da!.
Ella miró hacia al tipo como si hubiese escuchado lo que dijo, bastó una mirada que intimidó y se dirigió hacia la salida del bar de mala muerte. Salió en busca de su próxima víctima, La Quintralita sin duda no iba a dejar títere con cabeza y pobre el que venga, porque la maldición cae sobre él. La doña salió con aires de grandeza y con la sonrisa durante todo el camino de piedra, cuando se encontró con su siguiente víctima y empezaba a rodar la misma historia que antes, sólo que con un actor diferente.
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