La sombra

Dedicado Para Nicole, Posha. Ella sabe por qué...


<< Se está creando el instinto, tú instinto >>


El timbre retumbó en su oído, junto con el miedo.
El pequeño Fredd sabía que sus padres regresarían pronto, pero en el fondo sabía que se enfrentaba a su peor miedo.
Los sueños que estaba teniendo hace semanas lo hacía temblar, sobre todo aquella sombra que aparecía súbitamente en ellos y se veía tan misérrima.
Con el timbre vinieron los golpes en la puerta, no podían ser sus padres, ellos tenían llaves. Bajó la gran escalera, que tenía forma circular, lento. Escalón por escalón con un escalofrío que recorría todo el cuerpo. ¿Quién es? con voz baja lo dijo, para luego reiterar varias veces la misma pregunta en un tono más alto, no hubo respuesta. La puerta de entrada estaba acompañada de un vidrio al costado, típico vidrio norteamericano para ver quién está al otro lado. El miró hacia afuera por esa ventana y estaba todo lóbrego.
Viró para ir hacia arriba y nuevamente tocaron la puerta, él sin pensar corrió hacia su pieza, vió que su hermana estuviera bien y luego se dirigió hacia todos los rincones de la casa para cerrar las ventanas, eso demoró 5 minutos.
Los toques de la puerta sonaron más fuerte, Fredd fue hasta esta y vio una sombra que estaba en el umbral de su casa. La sombra, la sombra de su sueño aparecía, según él, en su misma casa. Lo onírico se llevaba a la realidad. La pesadilla para Fredd estaba comenzando.
Un niño de 12 años solo en una casa, o perdón con una hermana de 9 años durmiendo en la pieza(hecho que no cambiaba las cosas. Pieza que estaba situada arriba a la derecha, era temeroso el ambiente.
Trató de llamar a papi y a mami, sin embargo, las lineas estaban cortadas. Más inusitado los hechos no podían ser.
El ataque de intrepidez vino hacia él, se lanzó hacia la manilla de la puerta; primero quitó el pestillo para luego, con un movimiento lento, girar la manilla de esta. El movimiento era álgido, el chirrido de la puerta retumbó hasta el último rincón de la casa, finalmente quedó abierta. El frío entró a la casa, el viento soplaba de una forma incontrolable, se dio cuenta de una hoja caída de un árbol que por el viento se iba al otro lado de la calle. La luna llena cumplía el rol de iluminar la tenue noche, cosa que no cumplía el faro que estaba fuera de casa que solamente parpadeaba.
No encontró a nadie afuera de casa, se escuchó un ruido adentro, un jarro de la entrada se cayó, entró y cerro la puerta, el miedo ya lo invadía. Sentía una presencia, no obstante, no había nadie. Fredd veía una sombra tras él. De repente se sintió extraño como si algo cambiara, su mente, su cuerpo le empezaba a doler. Se tomó su cabello y a moverse de un lado a otro conjunto con un grito.
La sombra, la sombra estaba dentro de él y eso que él llamaba sombra era un instinto, su instinto; El instinto asesino que llegaba a él y se introducía en su cuerpo y mente. Con el instinto asesino dentro de Fredd se dirigió hacia la cocina y agarró un cuchillo, su primera víctima se encontraba arriba y a la derecha.