Cuatro en uno.
TERCERA PARTE: "Te conozco, ¿Qué ocultas?"
"Cuando crees conocer lo visible no conoces nada, menos lo invisible"
Metro de Santiago, Santiago de Chile 03:29. 3 de agosto del 2010.
El delincuente daba gritos de dolores, la sensación que había en el ambiente era absolutamente inefable.
La luz nuevamente se apagó y se oyó la voz diciendo: uno de ustedes es, entre ustedes hay personas que se conocen.
Todos se miraron, pero rápidamente volvieron las miradas al delincuente como si no hubiesen tomado en cuenta las palabras dichas. Él se encontraba en el suelo y al parecer la herida no es tan grave porque la bala rozó el brazo, pero aún así salía sangre; tal cual como lo hizo Amaya, se sacó su polerón y lo presionó contra su brazo para luego lanzar: ¡ah, cresta! ¿Qué culiao fue?- mirando al carabinero-, todos se miraron y como en toda la madrugada se hicieron para atrás. El carabinero dijo: yo, yo...yo no fui. el tren comenzaba nuevamente a emprender su viaje.
El malhechor dijo: ¡Ya, me cansé de esta wea!, aquí lo que...
Y el agente le dijo: vo' mierda, vo' nos quieres hacer creer que te dispararon cuando quizá fuiste vo' mismo. Todos se quedaron en silencio, Amaya fue la encargada de romperlo: ¿Quién se conoce?, todos se miraron asustados, ¿Quién mierda se conoce? Ahí se le vino imagenes de antes a la mente a Amaya.
- Tú, tú conchetumadre; tú me venias siguiendo antes de entrar al metro (apuntando al delincuente); todos miraron al bandido, él se quedó perplejo y tiritando, a la vez mirando al agente y al carabinero.
Cuéntanos qué traías en tu bolso y qué eres, contraatacó el bandido.
Amaya agarró con fuerza el palo y lo tiró en contra del delincuente, por primera vez alguien visible a la luz se tiraba en contra de otro, este se alcanzó a mover y el palo llegó al suelo.
-¡Calma, calma!... qué está pasando con ustedes, alguien atacó a este imbécil y yo no fui porque estaba tratando de agarrar el celular, ... o quizá fuiste tú mismo. ¿Qué saben el uno de el otro?- Terminó diciendo el hombre de la PDI-.
- Y ustedes... qué hacían hablando afuera, pensé que no se conocían- Dijo el malhechor dirigiéndose hacia el detective y el policía-.
Ellos lo miraron como si hubiese sido una traición del delincuente hacia cada uno. Las caras de ambos se desarmaron al oír esto.
La voz se escuchó, al mismo momento que luz se apagó y el tren tomaba más velocidad, dijo: mucha información.
La luz se apagó y se escucharon gritos de los cuatro. Sin duda algo ocurría. Se encendió la luz y se encontraba tirado, con sangre en la cabeza, el agente; el carabinero con golpes en la cara y sangre en la nariz. Mientras que Amaya y el delincuente estaban tirados en el suelo.
Todos heridos: Amaya totalmente despeinada con el brazo herido y sin el palo, el delincuente herido también del brazo, el agente con sangre en la cabeza y el presunto motivo sería que alguien le pegó con el palo; el policía con sangre en su nariz y la cara golpeada, al parecer lo dañaron a puño.
El palo, la pistola, el cuchillo estaban en el medio del vagón, mientras que el agente estaba tirado al lado de las sillas apoyado en la puerta, más centímetros hacia el lado el carabinero en el suelo y al frente de ellos el delincuente sentado y con gestos de dolores. Amaya se encontraba un poco más lejos de todos. Todos estaban armados con pistolas menos el carabinero. Amaya, el agente y el bandido se dieron cuenta de algo en común: ya no habían balas y se suponía que la de al medio,que nadie se atrevió a buscar, tampoco tendría.
El tren seguía avanzando, el día ya iba a aparecer... y se encontraban en Los Quillayes.
- Esto le va a costar caro culiaos, estoy perdiendo la paciencia y atacaron a la autoridad máxima de este país de mierda -dijo el agente. El carabinero complementó con una mirada despreciativa al detective y dijo: - Por la mierda, ¡¡¿quién es el que está haciendo esto..., quién está detrás de esto?!!
- ¿Por qué se conocen ustedes dos?, lanzó Amaya.
- ¿Por qué te conoce un DELINCUENTE?- remarcando aquella palabra -respondió el detective, hacia la pregunta de Amaya, tratando de ponerse su chaqueta en la cabeza. El carabinero también agregó (hacia el bandido):
- ¿Por qué la seguías?
El policía ya no podía hablar. Todos se preguntaban con todos, pero no había alguna respuesta.
El metro en pocas horas abriría las puertas a su gente, ¿qué pasaría?; eran las 5:15 y ya iban en Elisa Correa.
La luz se apagó y rápidamente se encendió, al medio aparecía una cartera. Todos se miraron, como en la mayoría de la noche, y Amaya se lanzó más veloz que todos hacia aquella cartera, pero el delincuente la atrapó antes y dijo: reconoces esto, mirando a Amaya. Esta es tu cartera, el delincuente se disponía a abrirla y a sacar todo, en ese momento Amaya se tiro en contra del delincuente, pero el carabinero se lanzó en contra de esta afirmándola y finalmente las cosas de la cartera cayeron al piso...
Todos miraron perplejo el hecho, todos miraron a Amaya.
- No...no, no es lo que piensan, yo no cree esto... yo no tengo culpa de nada, mientras retrocedía y caían las primeras lágrimas de la madrugada...
Todos estaban heridos, pero alguien se hizo daño propio: ¿Quién? Al parecer todos ocultan algo ¿Qué es? ¿Por qué se conocen entre ellos? y ¿QUÉ HAY EN LA CARTERA DE AMAYA?
CONTINUARÁ... (próxima parte y FINAL)
"Cuando crees conocer lo visible no conoces nada, menos lo invisible"
Metro de Santiago, Santiago de Chile 03:29. 3 de agosto del 2010.
El delincuente daba gritos de dolores, la sensación que había en el ambiente era absolutamente inefable.
La luz nuevamente se apagó y se oyó la voz diciendo: uno de ustedes es, entre ustedes hay personas que se conocen.
Todos se miraron, pero rápidamente volvieron las miradas al delincuente como si no hubiesen tomado en cuenta las palabras dichas. Él se encontraba en el suelo y al parecer la herida no es tan grave porque la bala rozó el brazo, pero aún así salía sangre; tal cual como lo hizo Amaya, se sacó su polerón y lo presionó contra su brazo para luego lanzar: ¡ah, cresta! ¿Qué culiao fue?- mirando al carabinero-, todos se miraron y como en toda la madrugada se hicieron para atrás. El carabinero dijo: yo, yo...yo no fui. el tren comenzaba nuevamente a emprender su viaje.
El malhechor dijo: ¡Ya, me cansé de esta wea!, aquí lo que...
Y el agente le dijo: vo' mierda, vo' nos quieres hacer creer que te dispararon cuando quizá fuiste vo' mismo. Todos se quedaron en silencio, Amaya fue la encargada de romperlo: ¿Quién se conoce?, todos se miraron asustados, ¿Quién mierda se conoce? Ahí se le vino imagenes de antes a la mente a Amaya.
- Tú, tú conchetumadre; tú me venias siguiendo antes de entrar al metro (apuntando al delincuente); todos miraron al bandido, él se quedó perplejo y tiritando, a la vez mirando al agente y al carabinero.
Cuéntanos qué traías en tu bolso y qué eres, contraatacó el bandido.
Amaya agarró con fuerza el palo y lo tiró en contra del delincuente, por primera vez alguien visible a la luz se tiraba en contra de otro, este se alcanzó a mover y el palo llegó al suelo.
-¡Calma, calma!... qué está pasando con ustedes, alguien atacó a este imbécil y yo no fui porque estaba tratando de agarrar el celular, ... o quizá fuiste tú mismo. ¿Qué saben el uno de el otro?- Terminó diciendo el hombre de la PDI-.
- Y ustedes... qué hacían hablando afuera, pensé que no se conocían- Dijo el malhechor dirigiéndose hacia el detective y el policía-.
Ellos lo miraron como si hubiese sido una traición del delincuente hacia cada uno. Las caras de ambos se desarmaron al oír esto.
La voz se escuchó, al mismo momento que luz se apagó y el tren tomaba más velocidad, dijo: mucha información.
La luz se apagó y se escucharon gritos de los cuatro. Sin duda algo ocurría. Se encendió la luz y se encontraba tirado, con sangre en la cabeza, el agente; el carabinero con golpes en la cara y sangre en la nariz. Mientras que Amaya y el delincuente estaban tirados en el suelo.
Todos heridos: Amaya totalmente despeinada con el brazo herido y sin el palo, el delincuente herido también del brazo, el agente con sangre en la cabeza y el presunto motivo sería que alguien le pegó con el palo; el policía con sangre en su nariz y la cara golpeada, al parecer lo dañaron a puño.
El palo, la pistola, el cuchillo estaban en el medio del vagón, mientras que el agente estaba tirado al lado de las sillas apoyado en la puerta, más centímetros hacia el lado el carabinero en el suelo y al frente de ellos el delincuente sentado y con gestos de dolores. Amaya se encontraba un poco más lejos de todos. Todos estaban armados con pistolas menos el carabinero. Amaya, el agente y el bandido se dieron cuenta de algo en común: ya no habían balas y se suponía que la de al medio,que nadie se atrevió a buscar, tampoco tendría.
El tren seguía avanzando, el día ya iba a aparecer... y se encontraban en Los Quillayes.
- Esto le va a costar caro culiaos, estoy perdiendo la paciencia y atacaron a la autoridad máxima de este país de mierda -dijo el agente. El carabinero complementó con una mirada despreciativa al detective y dijo: - Por la mierda, ¡¡¿quién es el que está haciendo esto..., quién está detrás de esto?!!
- ¿Por qué se conocen ustedes dos?, lanzó Amaya.
- ¿Por qué te conoce un DELINCUENTE?- remarcando aquella palabra -respondió el detective, hacia la pregunta de Amaya, tratando de ponerse su chaqueta en la cabeza. El carabinero también agregó (hacia el bandido):
- ¿Por qué la seguías?
El policía ya no podía hablar. Todos se preguntaban con todos, pero no había alguna respuesta.
El metro en pocas horas abriría las puertas a su gente, ¿qué pasaría?; eran las 5:15 y ya iban en Elisa Correa.
La luz se apagó y rápidamente se encendió, al medio aparecía una cartera. Todos se miraron, como en la mayoría de la noche, y Amaya se lanzó más veloz que todos hacia aquella cartera, pero el delincuente la atrapó antes y dijo: reconoces esto, mirando a Amaya. Esta es tu cartera, el delincuente se disponía a abrirla y a sacar todo, en ese momento Amaya se tiro en contra del delincuente, pero el carabinero se lanzó en contra de esta afirmándola y finalmente las cosas de la cartera cayeron al piso...
Todos miraron perplejo el hecho, todos miraron a Amaya.
- No...no, no es lo que piensan, yo no cree esto... yo no tengo culpa de nada, mientras retrocedía y caían las primeras lágrimas de la madrugada...
Todos estaban heridos, pero alguien se hizo daño propio: ¿Quién? Al parecer todos ocultan algo ¿Qué es? ¿Por qué se conocen entre ellos? y ¿QUÉ HAY EN LA CARTERA DE AMAYA?
CONTINUARÁ... (próxima parte y FINAL)
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